Las ollas más sucias quedan resplandecientes sin dificultad
A todos nos ha pasado: desviamos un momento la atención y ya se ha quemado o se ha pegado parte de la comida en el fondo. Normalmente, el primer paso es remojar directamente el residuo, preferentemente toda la noche y así, de momento, nos lo quitamos de delante. Pero ablandar y limpiar las ollas no tiene por qué requerir tanto tiempo.
¿Cómo consigo limpiar el fondo quemado de una olla?
Usa un lavavajillas potente, como el lavavajillas concentrado Vinagre de Frambuesa de Frosch y un estropajo o un cepillo de lana de acero. Ahora puedes despedirte de la suciedad persistente. Aplica una pequeña cantidad de lavavajillas sin diluir en el fondo de la olla, humedece el estropajo de lana de acero y suelta los restos del fondo. Basta con una dosis reducida. La potencia del lavavajillas, en combinación con la lana de acero, disuelve la grasa y suelta las incrustaciones sin apenas frotar. Enjuaga la olla con agua fría, limpia el exterior y sécala bien para evitar las manchas de agua y cal.